Una joven estaba muy ilusionada de todo lo que tenía a su alrededor y estaba convencida de que pertenecía a la generación mejor preparada y con mayores posibilidades de todos los tiempos en su país.
Además, juntamente con sus compañeras, creían que todo lo anterior a ellas era antiguo, conservador, caduco y anquilosado. Lo miraba con recelo e indiferencia.
Un día comentó a un profesor que la historia era un parche y la filosofía era una pérdida de tiempo.
Además, afirmaba con mucha contundencia que lo importante y valioso en la vida era la técnica y la informática.
El presente sería ilusorio si no tuviera como remitente el pasado y como proyección el futuro.
Te quiero recordar unas palabras impresionantes de Goethe:
“El que no sabe llevar su contabilidad por espacio de tres mil años se queda como un ignorante en la oscuridad y sólo vive al día”.
Si crees que nosotros somos mejores que
aquellos que dejaron grabados sus nombres en la historia de la humanidad con
sus magníficos razonamientos e ideas solamente porque tenemos en casa un
ordenador y algunos electrodomésticos creo que te equivocas totalmente.
Y aquella chica meditó silenciosamente aquellas palabras de su profesor que la zarandearon interiormente.
Francisco Baena Calvo.
Sacerdote diocesano y antiguo párroco de El Guijo
Sacerdote diocesano y antiguo párroco de El Guijo
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