jueves, 27 de agosto de 2009

LA GRIPE A





Reproducimos la opinión del doctor Don Juan Gervás sobre la gripe A

"...El comportamiento sereno, paciente y tranquilo de los pacientes con gripe A es esencial para que funcionen bien los servicios sanitarios y su médico pueda dedicarse a los enfermos que lo necesitan, con o sin gripe A..."



27/08/09 Juan Gervás/El País/Plaza pública/ El Guijo de los Pedroches



La gripe es una enfermedad viral que se suele padecer durante el
invierno, en forma de epidemia (epidemia estacional) que afecta a gran parte de la población. Como bien dice el refrán, "la gripe dura siete días con tratamiento, y una semana sin él". La gripe es enfermedad leve, con fiebre y síntomas varios como dolor de cabeza y muscular, náusea, diarrea y malestar general, que obliga a guardar un par de días de reposo. No conviene bajar la fiebre (ni en niños siquiera), y el tratamiento es para el dolor y el malestar.


Pese a la levedad de la gripe, se puede demostrar que la mortalidad aumenta en la población con dos picos anuales, uno en los días del verano con el máximo de calor, y otro en los días del invierno con la epidemia de gripe. Por ello se aconseja vacunar contra la gripe, aunque se discute si esta vacunación es útil.

La epidemia de gripe A, que empezó en Méjico en 2009, es de menor gravedad que la epidemia habitual. Es una gripe que se contagia muy fácilmente, y por eso es una "pandemia", porque puede llegar a afectar a la mitad de la población. Pero la contagiosidad de la gripe A no dice nada de su gravedad, y de hecho es menos grave que ninguna gripe previa.

Afecta a mucha gente, pero mata menos que la gripe de todos los años. Las cifras son variables según la fuente de datos, pero por ejemplo, en el Reino Unido ha habido cientos de miles de casos y sólo unas 30 muertes y en EEUU con un millón de casos sólo 302 muertos. En el invierno boreal (verano en España), en la Argentina han muerto unas 350 personas y en Australia unas 77 personas. Para ponerlo en situación, se calcula que en España mueren durante el invierno por gripe estacional unas 3.000 personas.

Hemos tenido muchas pandemias, y la más letal, la "española" de 1918 mató sobre todo por neumonías bacterianas a los pobres (mal alimentados, hacinados, con viviendas insalubres y mal protegidos del frío). En las otras dos grandes pandemias, de 1957 y 1968 no hubo tal letalidad, entre otras cosas por la existencia de los antibióticos.


¿Qué se puede hacer ante la gripe A?
Cuando en 2005 la Organización Mundial de la Salud (OMS) pronosticó que podrían morir de gripe aviar hasta siete millones de personas, se desató el pánico en el mundo. Después hubo sólo 262 muertes. Hubo, pues, un grave error pronóstico. En 2009, con la gripe A, conviene no repetir el mismo error. Por ello es central evitar el pánico. Es absurdo tener pánico frente a la epidemia de gripe A, por más que nos llegará a afectar (levemente) a muchos.


Ante la gripe A conviene hacer lo que siempre se hace ante la gripe:
cuidarse con prudencia y tranquilidad. Buena hidratación, buena alimentación, buena higiene, y recurrir al médico cuando haya síntomas de importancia, tipo tos con expulsión de sangre y gran deterioro de la respiración. Conviene no "toserle" a nadie, no tocarse la nariz, taparse la boca al estornudar y lavarse las manos antes de comer, después de ir al servicio y si uno se mancha con los mocos.


El virus se elimina por la mucosidad nasal aproximadamente durante los primeros cinco días de la enfermedad. El uso de mascarillas no parece que ayude a evitar la propagación de la epidemia. Conviene no hacer mucha vida social esos primeros días. Respecto al embarazo, no hay nada que decir, pues es saludable en cualquier caso, y también durante la epidemia de gripe A.


No hay tratamiento preventivo alguno: los medicamentos contra la gripe A no previenen la enfermedad (ni el oseltamivir ni el zanamivir). Una vez que se tiene la enfermedad estos mismos medicamentos son también casi inútiles (acortan medio día la evolución de la enfermedad).

Además, tienen efectos adversos. Por ejemplo, en niños tratados en Londres con oseltamivir, tuvieron efectos adversos la mitad, generalmente vómitos, y en el 18% fueron alteraciones neuropsiquiátricas. Quizá en algunos casos valga la pena su uso como tratamiento, por ejemplo en enfermos graves y en pacientes con enfermedades crónicas importantes, pero no son útiles ni en niños ni en adultos sanos.


La vacuna contra la gripe es de poca utilidad en niños y adolescentes, con una efectividad del 33%, y absolutamente inútil en los menores de dos años. Hay dudas sobre su eficacia en adultos y ancianos.


Sobre la vacuna contra la gripe A no sabemos nada, pero en 1976 se produjo en EEUU una vacuna parecida, también con todas las prisas del mundo por el peligro de pandemia, y el resultado fue una epidemia de efectos adversos graves (síndrome de Guillain-Barré, enfermedad neurológica) que obligó a parar la vacunación.


Las prisas no son buenas para nada, y menos para parar una gripe como la A, que tiene tan baja mortalidad. Conviene no repetir el error de 1976. En todo caso, es exigible la firma de un "consentimiento informado" que deje claro los beneficios y riesgos, y el procedimiento a seguir ante los daños por efectos adversos.


¿Algo más?


Las pruebas diagnósticas rápidas de la gripe A tienen poca sensibilidad (del 10 al 60%). Es decir, no vale la pena hacer la determinación para saber si uno tiene gripe A en realidad
. Da igual, pues los consejos son los mismos, y la prueba no añade la seguridad de no tener la gripe A.

Tanto el virus de la gripe A como el de la gripe estacional pueden mutar dejando por completo inútiles las vacunas.


No hay protección ante la gripe A con la vacunación contra la gripe estacional. Conviene no olvidar que un niño (y un adulto) puede tener otras enfermedades, además de la gripe A. En el Reino Unido ha habido casos de niños muertos por meningitis tras ser diagnosticados en falso de gripe A.


Durante la gripe A seguirá habiendo infartos de miocardio, apendicitis, insuficiencia cardiaca, diabetes, asma, intentos de suicidio, fracturas de cadera, depresión, esquizofrenia y las otras mil enfermedades que requieren atención médica. El comportamiento sereno, paciente y tranquilo de los pacientes con gripe A es esencial para que funcionen bien los servicios sanitarios y su médico pueda dedicarse a los enfermos que lo necesitan, con o sin gripe A.


El autor no tiene más afán que dejar claro el estado del conocimiento respecto a la gripe A en el momento de escribir este texto, y para ello ha revisado la literatura mundial al respecto. Este texto es puramente informativo.


Juan Gérvas es médico de Canencia de la Sierra, Garganta de los Montes y El Cuadrón (Madrid). profesor honorario de Salud Pública en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, y profesor visitante de Atención Primaria en Salud Internacional de la Escuela Nacional de Sanidad (Madrid).
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miércoles, 19 de agosto de 2009

Las antenas de telefonía móvil situadas en el Ayuntamiento de El Guijo

El profesor Don Juan Andrés Gualda Gil, doctor Ingeniero Industrial y profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia publicó una monografía sobre el supuesto “peligro de las antenas de telefonía móvil para la población civil” del que entresacamos los siguientes párrafos con motivo de la instalación de dos antenas de telefonía móvil en el edificio del Ayuntamiento de El Guijo.

"...Pocas actividades humanas han despertado tan grande inquietud social, causada fundamentalmente por la falta de información (la desinformación siempre causa alarma y la alarma es la causante de los efectos psicosomáticos atribuidos a la telefonía móvil)..."

“….. Las antenas de telefonía móvil instaladas en los tejados producen unas densidades de potencia irradiada muy bajas. No así los teléfonos móviles, que producen densidades de potencia cercanas a los valores máximos recomendados por el Consejo de Europa…”

“…a una distancia de tan sólo 20 m justo enfrente de una de ellas la densidad de potencia es inferior a 10 microvatios por centímetro cuadrado, cuando el valor máximo de la Recomendación del Consejo de Europa es de 450. Y en las viviendas del edificio donde está instalada una antena la densidad es todavía cientos de veces inferior porque las antenas emiten horizontalmente y no verticalmente y además hay que tener en cuenta el gran efecto atenuador de los forjados y paredes del edificio. En nuestras calles y casas la densidad de potencia debida a la telefonía móvil es inferior a 1 microvatio/cm2, es decir, más de veinte mil veces (!) por debajo del valor considerado inocuo por la Recomendación. Para hacernos una idea de la magnitud de estas cifras pensemos que en un día claro la radiación del Sol sobre la superficie de la Tierra es de unos 100.000 microvatios/cm2, parte de la cual sí es cancerígena (su componente ultravioleta)….”

“….Al día de hoy el grueso de la comunidad científica mundial está de acuerdo en que el único efecto de consideración sobre el cuerpo humano de las ondas empleadas en la telefonía móvil es térmico, igual al producido por las ondas de los hornos microondas pero en muchísima menor cantidad (un teléfono móvil emitiendo a su máxima potencia ocasiona en la zona cercana del cerebro un aumento de tan sólo 0,1 °C, cuando el cerebro de manera natural tiene una fluctuación diaria de temperatura mucho mayor). Estas ondas no son ionizantes y tienen una energía inferior en más de cien mil veces y una frecuencia inferior en más de diez millones de veces a las necesarias para romper las débiles uniones químicas de la molécula de ADN. Hasta la fecha, y tras los múltiples estudios médicos llevados a cabo, no se ha podido probar que las ondas usadas en telefonía móvil con niveles inferiores a los establecidos por la Unión Europea produzcan cáncer ni afecten negativamente al sistema endocrino o a la producción de melatonina ni a la visión ni al oído ni a la membrana celular ni a la liberación de calcio en los tejidos cerebrales ni a la excitabilidad neuronal ni a los sistemas neurotransmisor, hematopoyético o inmunitario ni al aparato cardiovascular ni a la reproducción ni a la mutagénesis ni a la aberración cromosómica ni a la longevidad. Las evidencias cada vez más claras de su inocuidad han acallado las voces discordantes que, sobre todo en años pasados, alertaban de posibles efectos perjudiciales basándose en estudios aislados, cuyo carácter contradictorio o no reproducible se ha demostrado con el paso del tiempo y por consiguiente no han podido ser aceptados científicamente.
Los ciudadanos debemos estar tranquilos y sentirnos seguros con esta nueva, y ya imprescindible, tecnología de la comunicación y ver de buen grado la instalación de nuevas antenas en nuestros tejados (con la correspondiente disminución de potencia de cada una) para conseguir una mejor cobertura urbana y una mayor calidad, disminuyéndose a la vez los niveles de exposición a que estamos sometidos…”

Más información en
http://www.monografias.com/trabajos16/antenas-telefonia/antenas-telefonia.shtml
Más información sobre el Profesor Don Juan Andrés Guarda Gil autor del texto que reproducimos:

sábado, 1 de agosto de 2009

Incendio sofocado en las proximidades de El Guijo

Gracias a la rápida intervención de varios elicópteros acompañados por medios terreetres, se ha extinguido en pocas horas un incendio en las proximidades de El Guijo que se había declarado hoy al mediodía.




Momento de una de las descargas de agua

EL “PORRO” CAUSA LA PÉRDIDA DE MEMORIA

Investigadores de la Unidad de Neurofarmacología de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, han identificado el mecanismo de acción por el que el cannabis causa pérdida de memoria.
La afectación de la memoria es una de las consecuencias negativas más destacables del consumo de cannabis, incluso cuando se administra en determinados casos como tratamiento terapéutico. Ahora, un equipo de investigadores de la Unidad de Neurofarmacología, del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud de la Universidad Pompeu Fabra, ha identificado uno de los mecanismos implicados en los efectos amnésicos de los cannabinoides.El trabajo ha sido dirigido por Don Rafael Maldonado, catedrático de Farmacología de la UPF y director de la Unidad en el que se afirma “la afectación cognitiva debido al consumo de cannabis, es una de las consecuencias negativas asociada a esta droga”
Leer más en http://www.cienciadirecta.com/espanol/web/noticias/85751243.asp

Recuerda: “un porro no sale gratis, afecta directamente al celebro” es un consejo de tu farmacéutica