domingo, 9 de octubre de 2011

“Quiero dar las gracias por 25 años de sacerdocio en la Iglesia y para la Iglesia”

Doy gracias a tantas personas que han sido “mi familia” en los lugares donde la Iglesia me ha enviado a ejercer el Ministerio Sacerdotal, desde Pozoblanco hasta Córdoba, pasando por Villaralto, Cardeña, Azuel, La Venta del Charco, Torrecampo, El Guijo, Fernán-Núñez, Peñarroya Pueblonuevo, El Porvenir. ¡Sí, no quiero olvidarme de ninguno de ellos porque ellos son la “familia” de un sacerdote, su gente a la que encomienda, sirve, aconseja, anima y alienta!

¡Perdonad si no soy capaz de todo el amor que me entregaron el día de mi Ordenación Sacerdotal darme del todo y dejarme en reserva por mi egoísmo, vanidad, miedos y pecados!



Desde adolescente he querido ser feliz, sentir en mi interior la afición a la música, la poesía, la novela, el cine, la televisión. Todas las manifestaciones artísticas del ser humano de cualquier siglo, de cualquier tiempo.


Desde mi adolescencia y juventud el descubrimiento de un mundo nuevo, un mundo cargado de rebeldía ante el dolor y el sufrimiento, el mal y la injusticia, y el deseo enorme de transformar la sociedad en claves de justicia, libertad e igualdad.


Desde mi adolescencia y juventud todos mis deseos más profundos, mis rebeldías, mis rechazos y descubrimientos existenciales se iban entretejiendo desde una opción cada vez más decidida por Jesucristo y su Evangelio, y se iba clarificando con mayor nitidez la vida sacerdotal. ¡Sí, años después, reconocí que antes de yo buscarle, Jesucristo ya había salido a mi encuentro!

PUEDES LEER AQUÍ LA HOMILÍA COMPLETA

Francisco Baena Calvo es sacerdote, compañero y amigo.

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