por Francisco Baena Calvo
El cristiano acepta las situaciones negativas como un medio para realizarse como persona y agota las posibilidades para cambiarlas y solucionarlas.
El cristiano no pide que desaparezcan los problemas y las cruces de cada día sino que los pueda sobrellevar y no perder la esperanza.
Jesús de Nazaret nos invita a vivir el presente como manifestación y presencia de Dios en la vida de cada uno de nosotros.
La mayoría de las veces no vivimos el presente como una oportunidad para hacer el bien y para conseguir nuestra propia realización personal.
La mayor parte de las veces suspiramos por un futuro incierto y proyectamos todos nuestros deseos hacia ese mañana, que se nos manifiesta nublado, dejando que el presente pierda su resplandor.

¡Cuántas situaciones quedan sin resolver porque nuestras omisiones anclan nuestra existencia en la comodidad y en la evasión, en el olvido y la ceguera!
No seas un evasivo ni huyas de tus problemas. No seas como el avestruz que esconde la cabeza.


Sólo el que vive el momento presente sin olvidarse del pasado no caerá en la nostalgia “inerte y sentimental”.
Sólo el que vive el momento presente sin olvidarse del futuro no será un “iluso y evasivo”.

Y recuerda que “cuando en tu vida se cierra una puerta, otra nueva se abre ante ti. Detente brevemente en el umbral y sé consciente de que lo que dejas atrás es para bien…” (M. E. Miro)
TEXTO de Francisco Baena Calvo, sacerdote, compañero y amigo.
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