Ante 1.200 jóvenes profesores con los que se reunió en la basílica del Monasterio de El Escorial Benedicto XVI advirtió de los "abusos" de una ciencia "sin límites" y aseguró que cuando se elimina toda referencia a Dios se puede llegar al totalitarismo político y que por ello la universidad es la que preserva de esa visión reduccionista y sesgada del ser humano.
“No existe la inteligencia y después el amor: existe el amor rico en inteligencia y la inteligencia llena de amor. Verdad y bien están unidos, también lo están conocimiento y amor. De esta unidad deriva la coherencia de vida y pensamiento, la ejemplaridad que se exige a todo buen educador".
“En el ejercicio intelectual y docente, la humildad es asimismo una virtud indispensable, que protege de la vanidad que cierra el acceso a la verdad".
"No debemos atraer a los estudiantes a nosotros mismos, sino encaminarlos hacia esa verdad que todos buscamos. A esto os ayudará el Señor, que os propone ser sencillos y eficaces como la sal, o como la lámpara, que da luz sin hacer ruido".
"Arraigados en Él, seréis buenos guías de nuestros jóvenes”
"La juventud es tiempo privilegiado para avanzar en el camino hacia la verdad",
Benedicto XVI denunció el relativismo moral, la mediocridad y que en la sociedad actual se constata "una especie de eclipse de Dios, un rechazo al cristianismo y la negación de la fe recibida, y que se corre el riesgo de perder lo que más profundamente "nos caracteriza"
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