viernes, 28 de septiembre de 2012

Democracia retórica por Juan Bosco Castilla

Juan Bosco Castilla escribe en su blog:


“…a finales de 2011 me propuse elaborar un corpus más o menos completo de mis pensamientos…” 

“… los ciudadanos han ido adquiriendo más derechos a la par que perdiendo obligaciones en un proceso sin vuelta atrás, lo que ha deteriorado gravemente la viabilidad económica del sistema, que se apoya en la ficción de que es posible gastar con absoluta impunidad lo que no se tiene. No es la única ficción que se construye en la Democracia actual. En realidad, habitan en ella e interactúan múltiples ficciones, usualmente con la aquiescencia tácita de los propios ciudadanos, ya reducidos a su condición de votantes, sólo de votantes…”




“Es indudable que los pueblos no tienen con frecuencia los políticos que se merecen y que los partidos no sirven habitualmente para facilitar la participación de quienes quieren servir a la comunidad, pero no lo es menos que los ciudadanos viven en una suerte de feliz obnubilación, y que son ellos los que, al igual que los telespectadores de la telebasura generan la telebasura, han generado el déficit democrático y la incertidumbre económica a fuerza de reducir su papel. Se lo han creído todo porque les interesaba y porque les era más cómodo. Se lo han creído todo y ahora la sociedad es un bosque de artificios del que resulta difícil salir, entre otras cosas porque para hacerlo se necesitan ciudadanos conscientes de sí, y no sólo personas esclavas de sus intereses espurios o sus prejuicios, se necesitan, en fin, ciudadanos con derecho al voto, y no sólo votantes.”



“En todo caso, mi blog y mi página web son mías y, por ello, están llenas de mis imperfecciones, para las que no pido más indulgencia que la que se debe a toda buena intención. En ellas publicaré próximamente y por completo el resultado de mi trabajo bajo el título La Democracia retórica.

 Como anticipo, inserto en este blog el preámbulo”


Por mi parte, comparto sus palabras y os recomiendo LEER AQUÍ el texto completo.

Antonio J. Tamajón Flores


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