Y John Glenn
contempló la pequeñez de la tierra y la grandeza del universo, y supo ver desde
muy lejos que el mundo que contemplamos nos lleva a descubrir la existencia de
su Creador.
Descubre en este día que Dios, principio y fin de todas las cosas, puede ser conocido con certeza mediante la luz natural de la razón humana a partir de las cosas creadas, y aunque no vayas como John Glenn al Espacio para descubrir contemplar tanta belleza y que ella te lleva a Dios, sube a una montaña o incluso mira ahora mismo al cielo, y verás cómo no es posible afirmar que este mundo sea mirado sin ver detrás de él la huella del Eterno y la mano poderosa de Dios.
Francisco Baena.
Sacerdote de la Diócesis
de Córdoba
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