Se trata por una parte de la visita del Señor a su pueblo, como María a Isabel para llevar a todos la alegría de la salvación, y por otra parte del aliento recíproco que obispo y diócesis reciben uno del otro al compartir el gozo de la fe, las dificultades y las esperanzas en las que vive cada comunidad parroquial.
Puedo confesaros que, aunque el trabajo muchos días es agotador, es más grande la satisfacción y la alegría de encontrar personas, comunidades y sacerdotes que viven por el Señor y por el Evangelio.
Y esto compensa con creces todo esfuerzo. Además, es la única manera eficaz de llegar de hecho a todos los rincones de la diócesis, de celebrar
Mientras Dios me dé fuerzas, continuaré este ritmo, acompañado por la oración de toda la comunidad diocesana, que aprovecho para pediros que no os canséis de hacerla con insistencia.”
El Papa Benedicto XVI ha hablado en varias ocasiones de la “emergencia educativa”. La tarea educativa presenta hoy mayores dificultades, debido al relativismo reinante. Pero por eso es más necesaria que nunca, sobre todo en el campo de la educación de la fe y de las virtudes, propias de una educación integral.
La tarea educativa en el ámbito de la escuela es una tarea que
Hoy hay especiales dificultades, afrontémoslas con renovadas energías…
Y no sólo en la escuela católica, sino también en la escuela pública, por la presencia del profesor de religión católica y de los profesores católicos de otras disciplinas.
Es verdad que encontramos muchas trabas por parte de las autoridades educativas para la presencia de lo católico en la escuela pública, pero por eso debemos unirnos más que nunca para afrontar tales dificultades y defender el derecho primordial de los padres a la educación de sus hijos.
Precisamente en mi Visita pastoral, consciente de la gran importancia que esto tiene, no dejo de visitar los Centros públicos con todas las de la ley, para apoyar a los católicos que están presentes en ese ámbito y llegar a los alumnos que libremente han elegido religión católica, y alentar a unos y a otros en su testimonio de fe.
Os invito a los párrocos a que no descuidéis este campo y aliento a los profesores y a las familias cristianas a estar atentos a este punto de la educación de la fe de sus hijos, inscribiéndose en la clase de religión católica.
Un adolescente que quiere ser cristiano debe inscribirse en la clase de religión.
Concretamente, en algunos lugares he constatado el descenso alarmante del número de alumnos inscritos en religión católica, sobre todo en Secundaria.
No podemos resignarnos a la situación. Es preciso analizar las causas y ponerles remedio. Mientras nos dejen estar en la escuela pública (y es un derecho de los padres y de los alumnos, no un privilegio) los padres y los alumnos deben tomar conciencia de la importancia de inscribirse en la clase de religión y los profesores deben tener conciencia de que realizan su tarea en nombre y con la misión canónica de
“El Concilio Vaticano II ha revalorizado el papel de los laicos en la vida de
Ellos son
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