“Hoy las generaciones más jóvenes necesitan más testigos que maestros, más
hombres buenos que economistas, más abrazos que palabras, más amigos que jueces
inmisericordes…”
“Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que
tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al
acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo. Pero él,
sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: -«Levántate y
ponte ahí en medio.» Él se levantó y se quedó en pie. Jesús les dijo: -«Os voy
a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal,
salvar a uno o dejarlo morir?» Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo
al hombre: -«Extiende el brazo.» Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido.
Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús (Lc
6,6-11)
…
…
Jesús de Nazaret lanza a los que “estaban al acecho para ver si curaba en
sábado” una pregunta que hace estallar los recelos: “¿Qué está permitido en
sábado, hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?”…Y desde la
exigencia para hacer el bien, cura al que tenía parálisis en el brazo derecho.
La bondad será lo único que nos haga tener esperanza en la humanidad y será la única arma capaz de llevar a este mundo a sendas cada día más auténticas de perfección.
Hay una tendencia a identificar la bondad con la inocencia y la tontura. A
veces, cuando queremos aconsejar a alguien que no sea bueno, le invitamos con
expresiones tan poco afortunadas como ésta: “no seas tonto”…
Confucio afirmó sabiamente: “Cuando veas a un hombre bueno trata de
imitarlo; cuando veas a un hombre malo, examínate a ti mismo”…, pero no basta
ser buenos en la vida sino “procurad que al dejar el mundo veáis no sólo que
fuisteis buenos sino que dejáis un mundo bueno” (Bertolt Brech).
Una opción decidida por la verdad y la justicia conlleva, la mayor parte de
las veces, sufrimiento y críticas; pero solamente este camino generaría el
nacimiento de un mundo bueno y justo, “casa de todos”.
Jamás tiremos la toalla en la andadura existencial que transitamos porque
entonces la historia caminará hacia la “ley de la selva” y las conquistas
sociales no serán nada más que “fósiles sin sustancia”.
Muchos hombres y mujeres se creyeron invencibles haciendo el mal y sucumbieron en su empeño; muchos imperios se creyeron dominadores y cayeron en el tiempo; Descubre que al final siempre triunfan el bien y la verdad.
Hoy las generaciones más jóvenes necesitan más testigos que maestros, más hombres buenos que economistas, más abrazos que palabras, más amigos que jueces inmisericordes…
Recuerda las palabras de Confucio:
“Cuando veas a un hombre bueno trata de imitarlo; cuando veas a un hombre malo,
examínate a ti mismo”, y, en oración íntima, repite al Dios Santo y Compasivo
que “no se cansen los buenos”.
¡Intenta en todo momento hacer el bien, porque será la única manera de
encontrarte con las entrañas del mensaje de Jesús y con el mismo Nazareno!
Texto de Francisco Baena Calvo, antiguo párroco de El Guijo y
Texto de Francisco Baena Calvo, antiguo párroco de El Guijo y
El día 2 de Septiembre, a las 20,30 horas, tomará posesión como Párroco de «Ntra. Sra. de la Asunción» de Palma del Río y «Santa Clara» de Palma del Río.
También se encargará de «San Miguel Arcángel» de El Calonge, Aldea de la Parrilla y será Capellán de las «Franciscanas de los Sagrados Corazones de Jesús y María» de Palma del Río.
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