Profundo, emotivo, humilde, vivencial... el pregón de don Miguel Ángel terminaba así:
"Creo que estos meses de búsqueda me han servido para descubrir que soy un pregonero cristiano y, en consecuencia, debo pregonarlo y no callarlo.
Hacerlo público y notorio. Y mientras busco una pizca de fe y mientras que el gallo del pozoviejo no me delate y se ponga a cantar, como pregonero que soy, diré en voz alta, para que llegue a conocimiento de todos, que intento ser cristiano sin ocultarlo, con vuestra ayuda también, y que de palabra al menos, lo mantengo y que con la ayuda de Dios y de todos vosotros, intentaré serlo también en obras y, como ser discípulo de Jesús es el mejor regalo que se le puede dar a nadie, os invito a todos a salir a la calle a compartir y a pregonar juntos la fe que nos une, la misma de nuestros antepasados, y a proclamar de nuevo en esta Semana Santa que Cristo muere por nosotros y siguiéndole nos dará la verdadera vida que buscamos pues mantenemos la esperanza siempre viva."
Muchas gracias amigo Miguel Àngel, a mí me llegó a emocionar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario