martes, 23 de abril de 2013

Publicado el libro "las ventanas de invierno" de Francisco Onieva


"Me encanta escuchar a nuestros mayores, son una fuente de sabiduría inagotable"...
... " por fin, puedo decir que me siento ganador del Premio Cáceres de Poesía"



"Han sido más de tres años de lucha, en los que he reclamado a la institución convocante del premio, el Ayuntamiento de Cáceres, que cumpliese con el compromiso adquirido tanto en las bases del premio como en la carta y en la llamada oficial con que la alcaldesa me comunicaba mi condición de ganador.

El libro, como sabes, ganó el Premio Cáceres de Poesía en 2008 y debía haber aparecido en Visor en diciembre de 2009; sin embargo, una serie de errores en la gestión del premio y un desinterés total por parte de la institución cacereña al respecto lo dejaron en una situación de olvido y, podría decir, de secuestro... 

Esto cambió con la llegada a la alcaldía de Elena Nevado, que me transmitió el deseo y la intención de solucionar el problema. Ahora, el libro sale publicado en La Oficina Ediciones y, por fin, puedo decir que me siento ganador del Premio Cáceres de Poesía"


 
Nuestro alumno Alberto del Río Fernández, 2º Bachillerato B  entrevista a Francisco Onieva sobre su libro.



ENTREVISTA

P. ¿Cómo se le ocurrió la idea de este poemario?
R. El poemario nace del contacto diario con las personas mayores, de sus problemas, de su experiencia vivida y del modo en que contemplan lo que ha sido su existencia hasta el momento presente. Me encanta escuchar a nuestros mayores, son una fuente de sabiduría inagotable.

P. ¿Considera que esta es su mejor obra hasta la fecha?
R. Es difícil contestarte. Sería como decir a cuál de mis hijas quiero más. De todas formas, y aun a riesgo de equivocarme, creo que el libro más conseguido hasta el momento es Los que miran el frío tanto por el manejo de  la lengua, por la construcción de la trama, de los personajes y de los narradores como por la labor de documentación que llevé a cabo para que resultase verosímil –aunque debe quedar claro que el valor de una obra literaria no se justifica con esta tarea previa de acopio de materiales, que nunca debe lastrar la narración.  




P. Háblenos del título de la obra, ¿qué simboliza la metáfora de la ventana?
R. Las ventanas son la frontera entre lo público y lo privado, entre lo propio y lo ajeno. El ser humano se define por el contacto con los otros y es en esa relación dialéctica con los demás donde vamos creciendo como personas.

P. Las ventanas de invierno, Los que miran el frío, ¿de dónde viene esa predilección por el invierno?
R. Ambos libros son las dos caras de la misma moneda. En el primero me ocupo de los problemas que mucha gente mayor con la que convivo o he convivido tiene hoy en día; en el segundo, en cambio, trato de un momento crucial en su infancia o en su juventud: la guerra civil. Ambos libros son un homenaje a estas personas mayores, a las que me encanta escuchar y de las que aprendo continuamente. De todas ellas, las más importantes son mis abuelos, a los que les dedico el libro.




P. ¿Tiene en mente algún nuevo proyecto?
R. Claro que sí. Ahora mismo estoy trabajando en un nuevo libro de relatos en el que abordo una serie de problemas actuales protagonizados por personajes cotidianos. También estoy dando los últimos retoques a mi nuevo poemario, en el que abordo la experiencia de la paternidad, un tema no muy tratado en nuestra tradición literaria y difícil si no se quiere caer en una simple confesión sentimental.

P. Resultará gratificante ver publicada, por fin, tras varios años, Las ventanas de invierno. Cuéntenos un poco lo que han significado estos años de espera.
R. Han sido más de tres años de lucha, en los que he reclamado a la institución convocante del premio, el Ayuntamiento de Cáceres, que cumpliese con el compromiso adquirido tanto en las bases del premio como en la carta y en la llamada oficial con que la alcaldesa me comunicaba mi condición de ganador.
El libro, como sabes, ganó el Premio Cáceres de Poesía en 2008 y debía haber aparecido en Visor en diciembre de 2009; sin embargo, una serie de errores en la gestión del premio y un desinterés total por parte de la institución cacereña al respecto lo dejaron en una situación de olvido y, podría decir, de secuestro. Ha sido muy duro ver publicados los dos ganadores siguientes en la editorial DVD y que tu libro siguiese su letargo institucional. Ha sido muy duro ponerse en contacto con los responsables de la situación y no encontrar ninguna respuesta seria ni ningún compromiso, excepto el de Carmina Santos. La sensación de impotencia ante el ninguneo y el agravio cometidos es indescriptible. Esto cambió con la llegada a la alcaldía de Elena Nevado, que me transmitió el deseo y la intención de solucionar el problema. Ahora, el libro sale publicado en La Oficina Ediciones y, por fin, puedo decir que me siento ganador del Premio Cáceres de Poesía.




P. ¿De dónde viene su pasión por la poesía? ¿Qué considera que es lo más importante para alguien que quiera empezar a escribir?
R. De siempre me ha gustado leer. Creo que leer es la base para cualquier persona que quiera escribir.

P. ¿Podría recomendarnos algún libro de poesía?
R. Es difícil. Son muchos los autores que me han marcado tanto en lengua española como en otros idiomas. Algunos de mis poetas de cabecera son Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Luis Cernuda, Luis Rosales, César Vallejo, Mario Benedetti, Salvatore Quasimodo, Seamus Heaney, Adam Zagajewski, Ungaretti… y otros muchos. 




P. ¿Dónde suele buscar la inspiración para escribir sus poemas?
R. Escribo de lo que me rodea. Soy una persona muy observadora y es de los pequeños detalles cotidianos de donde suelo extraer la materia de mis versos.





P. ¿Cómo se compagina su labor como docente con la escritura? ¿Sus clases están influidas por la poesía?
R. Con paciencia e intentando que ninguna de las dos facetas le robe tiempo a la otra ni a la familia, que conforma mi auténtico universo íntimo. Respecto a la segunda pregunta, creo que sois vosotros, los alumnos, los que debéis hablar y no yo. Lo único que puedo decir es que tanto en mi obra poética como en mi labor docente intento ser honesto. Desgraciadamente, los planes de estudio apenas dejan hueco a la literatura, pero intento transmitiros el gusto por la lectura como fuente de placer y fomentar en vosotros la conciencia crítica –y aquí juega un papel crucial la poesía- como herramienta útil en vuestras vidas. 

(Alberto del Río Fernández, 2º Bachillerato B)



Enhorabuena!
Antonio Javier Tamajón

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