María Magdalena es mencionada, tanto en el Nuevo Testamento canónico como en varios evangelios apócrifos, como una distinguida
discípula de Jesús de Nazaret. Es considerada
santa por la Iglesia Católica Romana,
la Iglesia Ortodoxa y la Comunión Anglicana, que celebran su festividad el 22 de julio.
Su nombre hace referencia a su lugar de procedencia: Magdala,
localidad situada en la costa occidental de lago de Tiberíades.
María Magdalena y La Historia del Huevo
Rojo
La tradición ortodoxa oriental dio
origen al icono en el que María Magdalena sostiene un huevo rojo.
Esta representación procede de una
antigua tradición que cuenta, que después de la ascensión María Magdalena viajó
a Roma donde fue invitada a un banquete en el que el emperador, Tiberio César,
estaba presente.
Después de hablarle de Cristo, sus
milagros y su misión, así como de la forma tan inadecuada en la que Pilatos se
había hecho cargo del juicio de Jesús, María le confirmo a César llena de
alborozo, que en verdad su señor había resucitado.
Para ilustrar sus palabras cogió
un huevo de la mesa. César se rió, convencido de que Jesús no podía haber
resucitado, del mismo modo que el huevo que ella tenía en sus manos no podía
volverse de color rojo.
Inmediatamente, el huevo se tiñó de rojo, dando origen
de ese modo a la antigua tradición por la cual en Pascua se intercambian y
regalan huevos pintados de rojo en algunos países y sus derivados de chocolate en
otros.
Según esto, el huevo de Pascua se
convierte en un símbolo de la resurrección de Cristo.
¿Puede ser este, también, el origen de los hornazos que se le ofrecen a
la Virgen de Luna?
Esta pregunta me ha surgido
asistiendo a una interesante conferencia sobre la figura histórica de SantaMaría Magdalena impartida por la teóloga Isabel Mariscal Castellano en la Sede de la Agrupación de Cofradíasde la Semana Santa de Baena en la que la conferenciante, nos refirió lo anteriormente escrito.
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